What Happened to the Beach? era uno de los most anticipated albums del pop británico y Declan McKenna no ha decepcionado.
Declan McKenna no es ya una de las grandes esperanzas del pop británico, sino que es una auténtica realidad. Cuando reseñé Zeros, su segundo álbum de estudio, percibí algo especial en él, aunque su talento todavía estaba por afilar. Grandes ideas, sonidos redondos, pero todavía necesitaba tamizar su caudal de ideas para que el producto saliese más fino.
En What Happened to the Beach?, Declan McKenna ha dado un nuevo paso al frente. Al de Enfield le ha venido bien abandonar el glam y la grandiosidad del ópera rock que salpicaban cuando no inundaban Zeros, ahora, en What Happened to the Beach?, suena todo más natural proviniendo de un veinteañero, en apariencia menos forzado por agradar. Que nadie me malinterprete, el experimento de Zeros le salió bien, sin embargo, aquellas canciones tenían menos punch por exceso de ambición, no eran tan pegadizas como las de este tercer trabajo. Los motivos, más allá de la experiencia, son obvios, no es lo mismo apoyarse en géneros grandiosos que hoy suenan a pasado, que hacerlo en el pop vanguardista de hoy, con trazas de hip hop y psicodelia, en donde un chaval de veintipicos ha de sentirse sí o sí más cómodo.
Abandonar a los grandes de los 70 y de los 80 le ha abierto nuevas puertas a Declan McKenna, puertas que conducen a cimas más altas. Ya desde que comenzase la promoción del disco, antes de su publicación el 9 de febrero de 2024, hacía prever que íbamos a estar para bien o para mal, ante uno de los lanzamientos del año. What Happened to the Beach?, de repente, era uno de los most anticipated albums en el Reino Unido, y eso solo podía significar que estábamos ante un todo o nada.
El resultado, a juzgar por la crítica, ha sido el todo. What Happened to the Beach? es una sucesión de hitos creativos, de canciones de regusto alegre, optimistas y ligeras que, pese a ello, dejan poso. Escuchar el álbum provoca un suave subidón gracias a estas características, las cuales se unen a ese puntito ácido que Declan McKenna ha introducido.
El telón se abre con la luminosa "WOBBLE", cuya línea de guitarra no deja, hasta el interludio, que la temperatura baje demasiado. El moto de la canción parece claro, "I used to cry at home all night and now I’m out in the sunshine" recita Declan McKenna, momento justo en el que regresa la guitarra para alejar del todo la oscuridad. "Elevator Hum" fue el tercer single del disco, una canción de combustión lenta que proclama "I want you to be free / To be happy / I want you to believe / You're just like me" y cuya tranquila explosión instrumental da muy buenas vibraciones.
Tras el sólido arranque, llega uno de los primeros arranques. "I Write the News" que empieza muy folky, suave y despacio, pero luego rompe con un ritmo que cabalga al lomos del bass and drum y de unas letras que pasan de ser cantadas a ser recitadas. No es hip hop, bueno sí lo es, pero no solo hip hop. Tras "I Write the News" llega uno de los puntos álgidos de What Happened to the Beach?: "Sympathy". "Sympathy", en el momento que escribo esto, se acerca a las cuatro millones de reproducciones en Spotify, así que se hace difícil añadir algo sobre ella que no se haya dicho ya. Algunos quieren ver en ellas una canción psicodélica, con comparaciones con Tame Impala, las cuales no se terminan de sostener. "Sympathy" es un single sesentero actualizado que bebe de la teatralidad de los 90. En cierto modo, "Sympathy" es el reverso luminoso de "Bittersweet Symphony", una canción que se harta de repetir el "You don't need to be clever" dentro de un viaje confuso. Gran canción perfectamente apta para la radiofórmula.
El relevo lo toma "Mulholland's Dinner and Wine", un título que a mí me ha recordado no solo a la famosa película de David Lynch, sino a los Arctic Monkeys. Tengo la sensación que los de Sheffield, en un universo paralelo, le pondrían este nombre a una de sus canciones. Dejando atrás la anécdota, la canción se abre con unos graves muy pronunciados, a lo "Hail Bop" de Django Django, para después darle paso a la suavidad vocal de Declan McKenna. Crítica con el hedonismo y con las lujosas apariencias, a "Mulholland's Dinner and Wine" sí que le encuentro ciertas similitudes con la obra de Kevin Parker, en tanto en cuanto estamos ante una pista que da vueltas sobre sí misma mientras cabalga sobre una base soleada y atractiva. "I've got a boring apartment and all of the drugs / I'm fucking dangerous" canta el inglés riéndose de un modo de vida ajeno a la realidad.
En sexto lugar emerge "Breath of Light", una de las canciones que más me ha gustado de este disco. Si no la has escuchado, he de advertirte que es de esas canciones que o la amas o la odias. Cuestión distinta, es durante cuánto tiempo vas a amarla u odiarla, porque no parece que estemos frente a un clásico, pero desde luego es diferente. "Breath of Light" es quizás la canción de What Happened to the Beach que mejor encaje en Zeros, si bien es cierto que espolvoreada por unos polvos marciano. La producción de "Breath of Light" es sobresaliente, punto que hay que asignarle a Gianluca Buccelatti, mientras que lo demás... los arreglos son extraordinarios y la transición entre la intro y el núcleo del tema se basa en un in crescendo del que no se puede huir. "Breath of Light", para bien o para mal, atrapa. El surrealismo lírico apoya el tono marciano con estrofas como "Would you catch me in the centre of your cosmic sin? / When I'm picking at the pimples on my plastic skin / There's your king and all his cronies feeling quite irate / You were welcomed to the party and you shan't be late". Pura paranoia, pero también una crítica al ego exacerbado.
Dejando atrás las voces del ultraespacio, What Happened to the Beach? vuelve a la realidad con "Nothing Works", un caramelo a estas alturas. Esta canción, que fue uno de los singles de adelanto del álbum, es una crítica a la industria musical y un desahogo. Declan McKenna lanza sus diatribas frente a los ejecutivos discográficos en un tema eufórico y un ritmo de batería palpitante. Una buena canción de caótico pop. Acto seguido surge la sorprendente "The Phantom Buzz (Kick In)", cuyo riff inicial bien podrían firmar Temples, pero cuyo desarrollo va más por el rock con una interpretación digna de The Killers. Tras ella, "Honest Test" echa el freno, aunque su intro no esquiva la comparación psicodélica con la Unknown Mortal Orchestra.
What Happened to the Beach? echa el cierre con tres canciones que van claramente de la mano. La primera de ellas, "Mezzanine", es el último caramelo del LP. Otra vez, Declan McKenna vuelva sobre el yo -"You're someone no one else can be"- desde la perspectiva del autoabandono. A nivel musical, es una pista con una melodía machacona de guitarra que se apoya en arreglos de teclado para alcanzar un mayor vuelo. En penúltimo lugar, "It's an Act" apaga las luces y da la orden de cerrar el telón. Oscura, nocturna y a veces desconcertante, cumple a la perfección con su función: la de cerrar. Porque "4 More Years" más que un cierre es un epílogo marciano del que no puede decirse demasiado.
Tras haber escupido todo esto, es momento de concluir. What Happened to the Beach? es un buen disco, el mejor de Declan McKenna hasta la fecha. No diría que sobresaliente, porque hay algún que otro vicio que corregir, pero sí notable. Nos deja a un artista reconocible, un compositor con tendencia a usar las introducciones de sus canciones como tal, para luego darles un giro que nos atrape en su interior. Un compositor preocupado por el individualismo, el nihilismo, el hedonismo y el postureo en general. Un músico que no huye del gran pop, pero que lo adorna con toques psicodélicos y espaciales para sus melodías no sean más de lo mismo sin llegar a ser alternativas.
A todo esto, ¿qué le pasó a la playa?