¿Es Parallel Realms uno de esos álbumes que pasa bajo el radar? Lo último de STRFKR merece una escucha con el modo repetición activado.
STRFKR es una de las bandas más regulares dentro de la escena del pop psicodélico. Los de Portland, Oregón, se las arreglan siempre para sacar discos no solo correctos, sino que tienen momentos de genuino disfrute. Parallel Realms, en este sentido, no defrauda: el nivel medio de las canciones es alto y cuenta con singles potentes.
Pero antes, será mejor que nos pongamos sobre antecedentes. STRFKR ha transitado por múltiples etapas artísticas desde su aparición allá por 2007, no obstante, diecisiete años después siguen teniendo la energía y creatividad necesarias como para redefinirse y hundir sus raíces en el pop más bailable. Melodías inquebrantables, pistas con aire de himno y letras estimulantes hacen de Parallel Realms un disco a tener en cuenta.
Cuenta la banda en la nota de prensa que acompañó al anuncio de Parallel Realms que éste surgió de un proceso de selección entre centenares de ideas y demos a medias, de las cuales surgió un patrón de juego y diversión que jugueteaba con la euforia del synth pop de los 80. La búsqueda de dicha euforia es el hilo conductor del álbum en lo sonoro, mientras que en lo lírico el LP gira sobre cómo distintas personas pueden experimentar lo mismo desde perspectivas muy diferentes.
En cuanto a las influencias, no parece haber un padre o una madre clara para este Parallel Realms, porque cualquiera puede serlo. El enfoque colectivo, sin embargo, ha parido un álbum mucho más claro que sus predecesores, alejado de la intrincada psicodelia de éstos y más cercana al electro-pop. Además, la decisión de entregar las labores de mezcla a Chris Coady, lejos de marcar un paso hacia atrás para STRFKR, ha permitido que el álbum se beneficie de una producción que rivaliza con los hits comerciales contemporáneos.
El álbum, que no escatima en minutaje (55 minutos y 25 segundos) está construido para ser consumido por completo y para no sufrir el desgaste del tiempo. Parallel Realms tiene como leitmotiv sonoro la interjección de sintes y guitarras, siendo estas últimas menos protagonistas que los sintetizadores, pero no por ello menos importantes en el entramado del álbum. Capa sobre capa, el disco se ha armado a conciencia para enseñarlo todo sin quedar desnudo. Si me preguntan, eso es pop, amigos.
Es de agradecer también dentro del apartado sonoro que STRFKR se haya preocupado por componer canciones optimistas y alegres, canciones que son perfectas para una florida primavera, pero también para los días más oscuros del invierno. Hay también una clara intencionalidad de emular el sonido de los 80, sobre todo en el uso de los sintetizadores.
En cuanto a la estructura de Parallel Realms, aquí STRFKR sí que ha arriesgado e innovado más que en las propias canciones. El álbum es una colección de finas pistas que se ve salpicada por hasta cuatro interludios instrumentales. Cada uno de ellos divide el disco y abre las puertas a una nueva dimensión delicadamente, sin sobresaltos.
Regresando sobre las canciones, es difícil quedarse con una a la par que es complicado analizarlas todas. Todos los cortes de Parallel Realms son buenos, sin embargo, no diría que hay ninguno que sea de diez. STRFKR no va a llevarse ningún premio por este álbum, pero tampoco va a haber muchos discos mejores que el suyo.
Dado que mi trabajo aquí es analizar y criticar, me quedo con la bailable "Always / Never", la estridente "Feelings", la ágil "Under Water / In Air", que también tiene un precioso trabajo de guitarra, la profunda "Armatron" o la tameimpalesca "Running Around". No es que los demás temas no valgan la pena, pero estos son los que mejor representan cada uno de los sonidos que STRFKR han plasmado en Parallel Realms.
Así, en Parallel Realms encontramos una colección de canciones que, mientras mantiene una cohesión estilística, ofrece una diversidad que garantiza un atractivo casi universal dentro de sus parámetros estilísticos. Desde el inicio con "Always/Never", que establece un tono de dance pop, hasta interludios ambientales que actúan como limpiadores de paladar entre pistas inmediatamente pegajosas. La variedad rítmica, junto con instrumentales breves que conectan las canciones, mantiene la frescura del álbum, culminando en el extenso "Leaving", que cierra el álbum con una sesión atmosférica extendida.
Este enfoque de mezclar lo mejor de los conceptos de lanzamientos anteriores -como la melodiosidad, la capacidad de baile, el ambiente y el experimentalismo- da como resultado una salida alternativa-dance depurada que, a pesar de su cohesión, ofrece un poco de todo para todos. Con colaboraciones como la de Chris Coady en la mezcla, STRFKR ha logrado un conjunto de canciones funk y synth pop agridulces que se desarrolla como un set de DJ de casi una hora, manteniendo una satisfacción constante y una sofisticada tristeza que es tan cautivadora como sus ritmos elevadores.
Sin embargo, a pesar de su enfoque colaborativo y la inclusión de interludios experimentales, el álbum corre el riesgo de ser abrumador debido a su longitud y la inclusión de múltiples instrumentales breves que, aunque inofensivas, pueden interrumpir el impulso construido, perdiendo así la oportunidad de mantener una consistencia emocionante de principio a fin. Esto resalta una de las críticas recurrentes hacia STRFKR: su tendencia a ofrecer demasiado en un solo proyecto, lo que puede diluir el impacto general de su música.
Lo cierto y verdad es que el álbum fluye solo: es suave y disfrutable. Parallel Realms es una muestra de la evolución constante de STRFKR, que combina la experimentación sonora con la accesibilidad pop. A través de su exploración de temas líricos que reflejan la diversidad de experiencias humanas y un proceso de creación musical altamente colaborativo, la banda logra un equilibrio entre la innovación y el siempre atractivo de la radiofórmula.