Up On Gravity Hill, el nuevo álbum de Metz, muestra la evolución de la banda, que parece estar madurando su sonido perdiendo algo de ruido.
La música, como cualquier forma de arte, evoluciona y se transforma junto con quienes la crean. En el caso de Metz, trío originario de Toronto, Canadá, esta evolución ha sido evidente a lo largo de sus cinco álbumes, culminando en su más reciente producción, el álbum Up on Gravity Hill. Este álbum no solo destaca por su intensidad rítmica, una característica que ha sido un sello distintivo de la banda desde sus inicios, sino también por cómo ha integrado nuevas texturas y emociones en su sonido característicamente abrasivo.
Desde el lanzamiento de su álbum debut homónimo en 2012, Metz ha destacado por su gran capacidad para generar un ruido poderoso y estridente, que remite a bandas como Scratch Acid y Mudhoney. Sin embargo, en Up on Gravity Hill es notorío el intento de equilibrar este sonido crudo con melodías más limpias y armonías vocales que antes eran menos prevalentes en su música. Este enfoque más melódico puede atribuirse, en parte, a las experiencias recientes del vocalista y guitarrista Alex Edkins, incluyendo su proyecto en solitario como Weird Nightmare y su colaboración con Graham Walsh en Noble Rot.
El álbum abre con "No Reservation/Love Comes Crashing", un tema de seis minutos y medio que introduce al oyente en la nueva dirección sonora de la banda. La canción comienza con la batería hermética de Hayden Menzies, pero pronto se suma una nueva textura de shoegaze que marca un contraste notable con el enfoque anterior más centrado en el punk ruidoso. La adición de violín por Owen Pallett y las voces invitadas de Amber Webber de Black Mountain en la pista final "Light Your Way Home" son ejemplos cristalinos de cómo Metz está explorando nuevas sonoridades y colaboraciones para expandir su expresión musical.
Las letras del álbum también reflejan una búsqueda de conexión y comprensión en un mundo que a menudo parece contradictorio y fragmentado. Edkins ha mencionado que el acto de crear música es una forma de procesar emociones y reflexionar sobre la vida y la muerte, temas que han resonado profundamente en él durante la creación de este álbum. En "Superior Mirage", por ejemplo, se entrelaza una melancolía subyacente con la energía cruda que ha sido típica de la banda, mostrando una fusión de lo antiguo y lo nuevo.
A nivel de producción, Seth Manchester vuelve a colaborar con la banda, aportando un enfoque que permite que cada instrumento ocupe un espacio vital, al mismo tiempo que mantiene la intensidad característica de Metz. Esta dualidad se refleja en canciones como "Entwined (Street Light Buzz)" y "Wound Tight", donde la complejidad instrumental y la energía desenfrenada coexisten con momentos de introspección y calma.
Aunque Up on Gravity Hill representa un avance significativo en la trayectoria musical de METZ, también hay aspectos que podrían no hacer vibrar completamente con todos sus seguidores. Los fans de su sonido más duro y menos melódico pueden encontrar el álbum demasiado suavizado en comparación con sus obras anteriores. Sin embargo, la habilidad de la banda para retener su núcleo duro mientras explora nuevos territorios musicales es evidente y merece reconocimiento.
Al final, Up on Gravity Hill es una entrega más en el catálogo de los canadienses, una muestra de cómo METZ ha madurado y se ha adaptado a los cambios, tanto internos como externos. El álbum no solo captura la esencia de su sonido característico sino que también demuestra una voluntad de explorar y expandirse más allá de las fronteras previamente establecidas. A través de esta obra, Metz no solo continúa consolidándose en el duro panorama del rock, sino que también desafía las expectativas y demuestra que incluso en la cacofonía puede haber momentos de clarividencia emocional.