Crítica: Phish - Evolve

Phish ha lanzado su decimosexto álbum de estudio, titulado Evolve, un nombre que encapsula perfectamente el espíritu de esta banda que ha sabido reinventarse a lo largo de más de cuatro décadas. Desde sus inicios en la escena universitaria de Burlington, Vermont, hasta convertirse en una de las bandas de rock en vivo más exitosas de todos los tiempos, Phish ha recorrido un camino lleno de improvisaciones, fusiones de géneros y una devoción por las presentaciones en directo.

El álbum Evolve comienza con "Hey Stranger", una pieza vibrante con un ritmo staccato y una melodía en tono menor que inmediatamente engancha tanto a los escépticos como a los seguidores acérrimos. Esta canción, junto con otras como "Oblivion" y el tema homónimo "Evolve", demuestra la habilidad de la banda para capturar su energía en vivo en una grabación de estudio. "Oblivion" destaca por su groove funk y la interacción entre el bajo de Mike Gordon y la batería de Jon Fishman, mientras que "Evolve" se desplaza con la ligereza del sol sobre el Lago Champlain, evocando imágenes de festivales de verano y manos alzadas en el aire.

A medida que el álbum avanza, Phish mantiene un equilibrio entre la espontaneidad de sus actuaciones en directo y la estructura de las grabaciones de estudio. "A Wave of Hope", con su toque de rock de los años 70 y los solos intercambiados entre Trey Anastasio y Page McConnell, es un claro ejemplo de cómo la banda puede transformar una canción de estudio en un vehículo de improvisación en vivo. La pieza "Pillow Jets" se adentra en un caos cacofónico que, dependiendo del oyente, puede ser una experiencia sublime o un punto de desconexión.

Uno de los momentos más destacados del álbum es "Life Saving Gun", que combina influencias del krautrock con un rock sucio y grueso, ofreciendo una de las interpretaciones más intrigantes del disco. La ironía y la paradoja están presentes en la lírica, reflejando la complejidad emocional y musical de Phish. "Valdese", por otro lado, aporta un ritmo casi rockabilly que añade una variación refrescante al álbum.

Sin embargo, no todo en Evolve es movimiento y energía. Canciones como "Lonely Trip" y "Monsters" proporcionan momentos de introspección y calma. "Lonely Trip", con su delicado vaivén de dos acordes, es una balada que recuerda a "Brian and Robert" y que seguramente se convertirá en un respiro bienvenido en los conciertos. "Monsters", con su oscura y melancólica atmósfera, evoca las vibraciones de Neil Young & Crazy Horse, ofreciendo una profundidad emocional que contrasta con las piezas más animadas del álbum.

El cierre del disco, "Mercy", es una balada suave que, aunque conmovedora, puede sentirse un tanto anticlimática después de la intensidad de las pistas anteriores. Sin embargo, este final más tranquilo puede interpretarse como una reflexión nostálgica de la banda sobre su propio viaje.

Evolve es un álbum que logra capturar la esencia de Phish, una banda que ha sabido evolucionar sin perder su identidad. Aunque sigue habiendo una brecha entre la experiencia en vivo y la grabación de estudio, este disco representa un esfuerzo coherente y accesible para nuevos fans, al tiempo que ofrece suficientes momentos de brillantez para satisfacer a los seguidores de siempre.

Evolve es una prueba de la habilidad de Phish para adaptarse y crecer a pesar de los años, ofreciendo una mezcla de familiaridad y novedad que, aunque no rompe completamente con la percepción de ser más una banda en vivo, sí aporta una grabación digna de ser explorada. Como dice Anastasio: «Primero vino la luz, luego vino el sonido, luego vinieron los mundos que nunca pudieron detenerse». Phish sigue evolucionando, y con Evolve, nos invitan a acompañarlos en este viaje interminable.