Stung! es uno de esos álbumes que envejecerán bien. El disco de los australianos Pond saca lo mejor de la veraniega psicodelia pop.
Stung! de Pond es un hito significativo en la carrera de esta banda australiana, marcando su décima entrega con un despliegue de creatividad y evolución. A lo largo de los años, Pond ha sido un pilar en la escena neo-psicodélica, manteniendo una conexión estrecha con Tame Impala, con miembros compartidos y colaboraciones frecuentes. Con Stung!, Pond logra mantener su esencia psicodélica mientras explora nuevas direcciones musicales, resultando en un trabajo diverso y vibrante que recompensa con cada escucha.
La producción de Stung! se llevó a cabo en Dunsborough, un hub de surf en el suroeste de Australia, donde la banda se sumergió completamente en el proceso creativo, logrando un disco que, aunque extenso, mantiene una carisma y un encanto difícil de resistir. A lo largo de sus 14 pistas, Stung! aborda temas pesados como la crisis climática y el autoengaño, siempre con una vulnerabilidad hábilmente envuelta en una presentación vibrante y colorida, lejos de cualquier sombra de pesimismo.
Stung! se abre con "Constant Picnic", una pista que establece el tono del álbum con su fusión onírica de synth-pop y disco. Es una canción perfecta para el verano, con capas de sintetizadores brillantes y voces etéreas que crean una atmósfera ligera y envolvente. La sutileza de la batería de James Ireland proporciona una base rítmica que mantiene la canción ligera y aireada, invitando a los oyentes al vibrante mundo de Pond.
El cuasi tema titular "(I’m) Stung" se destaca como un himno en potencia, caracterizado por sus guitarras ascendentes y letras introspectivas. La canción comienza con un riff psicodélico pegajoso que atrapa a los oyentes de inmediato. A medida que avanza, las voces de Nick Allbrook toman el centro del escenario, entregando una actuación sentida que explora temas de rechazo romántico y resiliencia emocional.
"Neon River" inicia con una introducción acústica suave, construyéndose gradualmente hasta convertirse en una potente pieza de rock dinámico. La pista es una clase magistral en tensión y liberación, con versos melódicos y tranquilos que contrastan bruscamente con los coros enérgicos y cargados de riffs. "Boys Don’t Crash" aporta una energía punk, abriendo con un riff de guitarra atronador que no cede en toda la canción. La melodía pegajosa y el poder crudo de la canción reflejan las luchas de la vida con un sentido de urgencia y desafío. Las voces de Allbrook transmiten una sensación de cansancio y determinación, haciendo de "Boys Don’t Crash" una pista destacada que resuena profundamente.
El punto culminante del álbum, "Edge of the World Pt.3", es un épico de ocho minutos que lleva a los oyentes a un viaje psicodélico. La pista es un rico tapiz de sonidos, con órganos que zumban y solos de flauta y saxofón. Sus elementos cinematográficos y espaciales construyen hacia un dramático crescendo que recuerda a un final de King Crimson.
"O, UV Ray" es una desviación del sonido psicodélico, aventurándose en un territorio acústico con hermosas armonías que evocan los sonidos exuberantes de la era post-Pet Sounds de los Beach Boys. La canción se construye alrededor de suaves rasgueos de guitarra acústica y armonías vocales en capas, creando una atmósfera serena y nostálgica. "Last Elvis" es una explosión de pop enérgico y melodías pegajosas, con un ritmo dinámico y un ambiente alegre que hacen que sea una escucha divertida y atractiva.
La canción "So Lo" destaca por su influencia del funk y el R&B, canalizando a Prince con una energía groovy y una guitarra rítmica que invita al baile. Este tema, junto con "Neon River", muestra cómo Pond rinde homenaje a la psicodelia tradicional al tiempo que incorpora elementos modernos, creando una mezcla única que es tanto un tributo a sus influencias como una declaración de su propio estilo.
A pesar de que Stung! sea el décimo álbum de Pond, la banda continúa empujando sus límites artísticos, mezclando la innovación con sus raíces psicodélicas distintivas. Stung! se erige como una prueba de que el depósito de creatividad de la banda sigue tan lleno como el primer día y también de su habilidad para crear música cautivadora, siendo una banda que sigue evolucionando y ofreciendo experiencias auditivas frescas y emocionantes.
Stung! es una pequeña obra maestra de la psicodelia contemporánea que reafirma el lugar de Pond en la escena. Con una mezcla de rock, pop, funk y psicodelia, el álbum es una celebración de su historia y una declaración audaz de su capacidad para seguir innovando. Pond ha logrado crear un álbum que no solo es digno de atención, sino que también exige ser experimentado en toda su riqueza y complejidad.
